Hospital Universitario La Zarzuela Madrid

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Mujer y deporte. La salud como meta

Capítulo 13. Nutrición en mujeres con cáncer

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Autores:

  • Lina Robles Salmerón. Nutricionista. Campus Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
  • Andrea Azcárate Villalón. Médico Especialista en Endocrinología y Nutrición. Campus Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.

 

Según numerosos estudios que se han llevado a cabo hasta la fecha, mantener una dieta saludable y practicar ejercicio de forma regular, pueden mejorar el bienestar y el estado de salud durante y después del tratamiento del cáncer.

La práctica frecuente de ejercicio físico puede ayudar, ya que reducen el estrés, el cansancio, los problemas de sueño y otros síntomas que pueden aparecer antes, durante y después del tratamiento.

Actualmente se sabe que realizar actividad física de baja intensidad, como puede ser por ejemplo caminar, hacer yoga, Pilates... mejoran la calidad de vida de las personas durante el tratamiento de la enfermedad.

En muchas ocasiones los tratamientos oncológicos tienen diversos efectos secundarios que pueden dar lugar a ganancia o pérdida de peso. Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras junto con la realización de ejercicio físico moderado, pueden prevenir estos desequilibrios.

La nutrición es uno de los aspectos más importantes en el paciente oncológico de tal forma que los actuales estudios demuestran que un buen estado nutricional es un factor de buen pronóstico de supervivencia.

La guía de la "American Cancer Society" sobre nutrición y ejercicio físico aconseja:

  • Mantener un peso adecuado.
  • Evitar el aumento de peso con los años.
  • Si tiene sobrepeso u obesidad, perder peso. Tiene muchos beneficios.
  • Hacer actividad física de forma regular. Evitar por tanto, comportamientos sedentarios.
  • Limitar el consumo de carnes procesadas (embutidos, salchichas..) y controlar la carne roja.
  • Comer 5 raciones de fruta y verdura.
  • Escoger cereales integrales en vez de refinados
  • Limitar o eliminar el consumo de bebidas alcohólicas.

 

Dieta equilibrada:

La dieta equilibrada es aquella manera de alimentarse que aporta alimentos variados en cantidades adaptadas a nuestros requerimientos y condiciones personales. Llevar una alimentación equilibrada no es ingerir mucha comida, ya que es tan importante la cantidad como la calidad de la misma. Es fundamental pensar que no se puede disfrutar de una vida saludable comiendo unos pocos alimentos. La variación es lo idóneo desde el punto de vista del bienestar, permitiéndonos esto disfrutar, además, de la riqueza de los distintos sabores, olores y aromas. De hecho, comer y beber forma parte de la alegría de vivir y, desde luego, la gastronomía no está reñida con las recomendaciones dietéticas ni con una alimentación saludable.

Cuando hablamos de grupos de alimentos nos referimos a:

Alimentos energéticos:

Proporcionan la energía necesaria para realizar los trabajos como los desarrollados durante la actividad física. Mantienen el metabolismo. Las grasas y los hidratos de carbono son las dos fuentes principales de energía en la dieta.

  • Hidratos de Carbono: pasta, arroz, patatas, cereales, bollería, pan.
  • Grasa: aceite, grasas vegetales, mantequilla, margarina, nata, tocino, otras grasas.

 

Alimentos plásticos:

Reparan y construyen las estructuras del organismo. Se les denominan también alimentos constructores.

  • Proteínas: carne, pescado, huevos, embutidos, legumbres, frutos secos.
  • Lácteos: leche, yogur, postres lácteos, quesos.


Alimentos reguladores:

Regulan la funciones metabólicas de nuestro organismo. Esta función la desempeñan las vitaminas.

  • Hortalizas y verduras: de cualquier tipo y con diversas preparaciones: en menestra, panaché, puré, cremas, sopas; ensaladas crudas variadas aliñadas con aceite y/o vinagre.
  • Frutas: frutas crudas y zumos, cocidas, asadas y en compota.

 

Agua

Hidratación: beber alrededor de 1,5-3 litros de agua al día (también se incluye en esta cantidad las infusiones y los caldos de verduras) dependiendo del sexo, edad, actividad física y temperatura ambiente.

Para poder realizar una alimentación saludable hay que comer de forma variada combinando todos los alimentos. Ningún alimento contiene por si solo todos los nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento del organismo.

La dieta equilibrada debe tener:

  • Frutas y verduras: aportan vitaminas, minerales y fibra. Son imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo.
  • Proteínas: actúan de forma muy importante durante el tratamiento oncológico, ya que permiten recuperarse más fácilmente y luchar contra las infecciones.
  • Hidratos de carbono: gran fuente de energía, necesaria durante el tratamiento.
  • Grasas: también fuente de energía, pero no debemos superar el 20% de las calorías diarias.
  • Leche y derivados lácteos: aportan vitaminas, mineras y son una gran fuente de calcio.

Hay que tener en cuenta que durante el tratamiento oncológico la dieta puede variar, ya que los requerimientos son especiales, depende del tipo de tratamiento, de los efectos secundarios que se desarrollen. Por tanto la dieta se irá adaptando a estos efectos, asegurándonos de que el paciente no se desnutra y no se deshidrate. Para eso se va haciendo seguimiento y se va haciendo la dieta acorde a las necesidades de estos pacientes.

Si la nutrición oral durante este proceso no es suficiente, tenemos la alternativa de la nutrición artificial (batidos, preparados específicos..), ayudando a que el paciente no pierda peso y que esté preparado para poder llevar a cabo el tratamiento.

Si el paciente está bajo de energía, débil…puede suspenderse el tratamiento hasta su recuperación.

Las recomendaciones nutricionales generales son:

  • Dividir las comidas en 6-8 ingestas. Serán ingestas más pequeñas, y siempre intentaremos elegir alimentos nutritivos aunque sean en pequeñas cantidades.
  • Evitar alimentos muy cocinados, condimentados, grasos, flatulentos, con demasiado olor…
  • Beber agua en pequeñas tomas. La ingesta recomendada de agua es de 2-3 L/día.
  • Servir los alimentos a temperatura ambiente, ni muy fríos y ni muy caliente.
  • Controlar el peso. Mantener el estado de normopeso, tan malo sería tener sobrepeso como peso insuficiente.
  • Realizar ejercicio físico (adaptado a la situación en la que se encuentre el paciente.
  • Adaptar la alimentación al estado del paciente. Dietas túrmix, dietas de fácil masticación.
  • En el caso de que el paciente esta inapetente o presente rechazo a toda la comida, tenga llagas en la boca, presente náuseas, se debe suplementar la dieta con preparados dietéticos específicos para estos procesos. Así nos aseguraremos de que el paciente consuma al menos los requerimientos diarios mínimos. Cuando el paciente mejore los suplementos se irán retirando y se volverá a introducir la alimentación natural.

1. Anorexia y pérdida de peso:

La anorexia se define como la pérdida de apetito o apetito deficiente.

Consejos:

  • Planificar el menú diario con antelación: Las prisas y la improvisación hacen que la elección de los alimentos sea menos equilibrada.
  • Variar la dieta: probar nuevas recetas, nuevos sabores.
  • Utilizar cocciones sencillas y con poca grasa: será más fácil de digerir.
  • Aprovechar las horas en las que se tiene más apetito y realizar la toma más completa: es habitual que esto pase en el desayuno.
  • Repartir la comida a lo largo del día: come poco pero frecuente.
  • Evitar los líquidos durante las comidas: ya que harán sentirse saciado y limitara la ingesta de alimentos. Sin olvidar la importancia de beber 2-3 litros de agua al día.
  • Las frutas ácidas pueden estimular el apetito.
  • Enriquecer la dieta: por ejemplo añadir quesitos, nata, leche, frutos secos… a las sopas o cremas. Incorporar en los paltos jamón picado, huevo, queso rallado… En los postres añadir miel, frutos secos, leche condensada…
  • Es importante mantener una buena higiene bucal para evitar así cualquier sabor indeseado que puede, posteriormente relacionarse con determinadas comidas.

 

2. Alteraciones del gusto y del olfato:

Estas alteraciones suelen estar relacionadas con el tratamiento de radiación, quimioterapia, y otros medicamentos asociados. Es frecuente presentar un regusto metálico y/o amargo con ciertos alimentos, como por ejemplo con la carne. Al ser una sensación desagradable, se evitan ciertas comidas y alimentos.

Consejos:

  • Intentar escoger comidas con buena apariencia y olor.
  • Si el olor de la comida molesta mucho, pedir a alguien que cocine durante estos días.
  • Los alimentos a temperatura ambiente desprenden menos olor.
  • Las carnes rojas suelen presentar el regusto metálico, pero se pueden sustituir por otros alimentos proteicos como carnes blancas, huevos, pescado…
  • Durante estos días hacer cocciones lentas con agua o caldo que desprenden menos olor que los cocinados a la plancha, parrilla, horno…
  • Evitar cocinar alimentos muy olorosos como son las coles, ciertos pescados…
  • El regusto metálico puede minimizarse cambiando los cubiertos metálicos por cubiertos de plástico.
  • Beber 3-3 litros de agua al día. Añadir zumo de limón mejora el sabor.
  • Mantener una buena higiene bucal.

 

3. Xerostomía:

Sequedad bucal que se produce como consecuencia del tratamiento recibido. Se produce sensación de que la comida se hace bola que cuesta poder tragar.

Consejos:

  • Evitar los alimentos secos y fibrosos.
  • Tomar alimentos líquidos o blandos.
  • Para humedecer los alimentos mezclarlos con salsas, caldos…
  • Evitar los alimentos espesos y aceitosos.
  • Ingerir más cantidad de líquidos. Dar pequeños sorbos de agua durante las comidas ayudara a tragar con más facilidad.
  • Comer despacio.
  • Humedecer la boca y los labios antes de comer.
  • Hacer ejercicios de estimulación masticatoria para mejorar la salivación.
  • Mantener una buena higiene bucal.

 

4. Mucositis:

Inflamaciones y llagas en la boca: la mucositis es el término general que hace referencia al eritema (enrojecimiento), la inflamación y la ulceración de las estructuras intraorales de tejido blando y la mucosa oral y esofágica producida por el efecto del tratamiento recibido.

Las llagas en la boca y en la garganta son muy molestas y dolorosas y hacen difícil comer y tragar.

Consejos:

  • Comer poco pero a menudo, tomando pequeños bocados y masticándolos mucho.
  • Evitar los alimentos secos, alimentos pegajosos y alimentos especiados.
  • Puede ayudar tomar los alimentos fríos o a temperatura ambiente.
  • Evitar el alcohol, las bebidas irritantes y las gaseosas.
  • Preparar enjuagues que calmen las molestias y antes de las comidas dejar en la boca agua muy fría o hielo triturado para disminuir el dolor y poder ingerir mejor.
  • Mantener una buena higiene bucal.

 

5. Náuseas y vómitos:

Estos dos síntomas constituyen los efectos tóxicos más frecuentes con la administración de la quimioterapia y radioterapia.

Consejos:

  • Comer poco y muy a menudo, cada 2-3 horas es una buena opción.
  • Masticar bien la comida y comer despacio.
  • Procurar mantener un ambiente agradable y fresco durante las comidas.
  • No acostarse inmediatamente después de comer.
  • Usar ropa holgada, que no oprima la zona abdominal.
  • Se aconseja tomar alimentos más bien fríos que calientes.
  • Utilizar cocciones ligeras.
  • Elegir alimentos pobres en grasas.
  • Tomar infusiones que faciliten la digestión después de las comidas.
  • Evitar los picantes, las grasas, los alimentos flatulentos.

 

6. Diarrea:

Se produce por muchos factores como la propia enfermedad, determinados agentes quimioterápicos y la irradiación en la zona abdominal.

Consejos:

  • Evitar los alimentos irritantes para a mucosa intestinal.
  • Evitar los alimentos flatulentos.
  • Evitar alimentos ricos en grasas.
  • Evitar las verduras, hortalizas crudas y fruta fresca (excepto manna rallada y plátano).
  • Evitar excitantes como el chocolate, el café y las bebidas alcohólicas.
  • Evitar los productos integrales.

La diarrea puede presentar diferentes grados de intensidad. Se mantendrá una dieta progresiva.

Es muy importante beber abundante líquido, ya que con la diarrea es fácil deshidratarnos. Para esto se pueden usar soluciones hidratantes preparadas en casa y agua de arroz.

 

7. Estreñimiento:

Se define como evacuaciones inferiores a tres por semana. Es común durante el tratamiento pero también puede aparecer por una ingesta deficiente de
líquidos, inactividad física y determinados fármacos.

Consejos:

  • Potenciar alimentos ricos en fibra.
  • Consumo de aceite de oliva.
  • Evitar condimentos picantes y fuertes.
  • Utilizar el agua de cocción de las verduras.
  • Beber abundante agua.
  • Realizar actividad física. Tan solo caminar, puede ayudar a la movilización de los intestinos.
  • Para aumentar el peristaltismo puede ser útil tomar en ayunas kiwi, zumo de naranja, un vaso de agua tibia, 2 ciruelas ablandadas en agua, cucharada de aceite de oliva…

 

8. Disfagia:

Se define como la dificultad para tragar líquidos y/o sólidos.

Es frecuente presentar miedo a comer, ya que hay ciertas texturas que no se toleran bien. Puede ser debida al tratamiento o a las secuelas que pueden dejar y a la propia enfermedad.

Consejos:

  • Modificar la textura de los alimentos para conseguir tragar con facilidad y sin complicaciones.
  • Si existe problema a la hora de tragar líquidos, usar gelatinas o espesantes para lograr la ingesta hídrica adecuada.
  • Si la dificultad para tragar se produce con alimentos sólidos, tomarlos en textura puré.Es importante no mezclar texturas diferentes.
  • Enriquecer los platos.
  • Comer varias veces al día, hacer tomas pequeñas, pero frecuentes.

 

Como resumen final:

  • Hay que mantener una alimentacion equilibrada y variada.
  • Mantener un peso normal.
  • Acompañar la dieta equilibrada de ejercicio mejora todos los factores.

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