La fibromialgia es un trastorno crónico que se caracteriza por provocar dolor corporal generalizado sin justificación aparente, fatiga y problemas de sueño. Se asocia con una mayor sensibilidad al dolor de la persona que la sufre, y puede estar influenciada tanto por factores genéticos como ambientales.
Se caracteriza por cursar con dolor musculoesquelético generalizado, fatiga, problemas de sueño, memoria y estado de ánimo. Los investigadores creen que la fibromialgia amplifica las sensaciones dolorosas al afectar a la forma en que el cerebro y la médula espinal procesan las señales dolorosas y no dolorosas, esto produce que el dolor sea sentido en mucha más intensidad y que estímulos que en situación normal no producirían dolor lo produzcan.
Las mujeres son más propensas a desarrollar fibromialgia que los hombres. Esta condición es probablemente determinada por la diferencia de receptores y formas de transmitir el dolor que hay entre hombres y mujeres a partir de la pubertad.
Muchas personas con fibromialgia padecen también cefaleas tensionales, trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), síndrome del intestino irritable, ansiedad y depresión.
Por otro lado, en las personas que sufren enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, psoriásica, enfermedad de Crohn, espondilitis anquilosante, etc es muy frecuente que posteriormente desarrollen una fibromialgia o un síndrome de sensibilización central.
La fibromialgia no tiene cura, pero existen diversos tratamientos pueden ayudar a mejorar. El ejercicio, la relajación y las medidas para reducir el estrés también pueden ayudar.
Puede afectar a personas de cualquier edad, incluso a niños, pero suele empezar en la mediana edad, y la probabilidad de padecerla aumenta a medida que se envejece. Se da en personas de todos los orígenes raciales y étnicos y es una enfermedad mayoritariamente femenina.
La fibromialgia tiende a ser hereditaria, y algunos científicos creen que ciertos genes podrían aumentar las probabilidades de padecerla. Sin embargo, el trastorno también se da en personas sin antecedentes familiares del mismo.
Se desconoce la causa de la fibromialgia, pero los estudios demuestran que las personas que padecen este trastorno tienen una mayor sensibilidad al dolor, por lo que sienten dolor cuando los demás no lo sienten. Estudios de imágenes cerebrales y otras investigaciones han descubierto que muchas personas con fibromialgia tienen alteradas las vías de conducción nerviosa y la percepción cerebral, estando más áreas activadas ante un estímulo y teniendo activación de vías que conducen las emociones.
Los principales síntomas de la fibromialgia son:
1.- Dolor crónico y generalizado en todo el cuerpo o en múltiples zonas. El dolor suele sentirse en brazos, piernas, cabeza, pecho, abdomen, espalda y nalgas. La gente suele describirlo como un dolor, ardor o punzada.
2.- Fatiga o una sensación abrumadora de cansancio.
3.- Dificultad para dormir.
4.- Otros síntomas pueden ser
Rigidez muscular y articular.
Aumento de la sensibilidad al tacto, esto hace que estímulos poco o no dolorosos se perciban como dolor.
Entumecimiento u hormigueo en brazos y piernas.
Problemas de concentración, claridad mental y memoria
Mayor sensibilidad a la luz, el ruido, los olores y la temperatura.
Problemas digestivos, como hinchazón o estreñimiento.
Ansiedad y depresión asociados
El diagnóstico de la fibromialgia se basa principalmente en la presencia de dolor en todo el cuerpo, junto con otros síntomas. En la actualidad, no existen pruebas de laboratorio o de imagen específicas para la fibromialgia. Los síntomas principales -dolor y fatiga- son similares a los de muchas otras afecciones, por lo que hay descartar otras causas.
Para el diagnóstico lo más importante será la historia clínica, donde un médico de la Unidad le preguntará sobre sus antecedentes personales y detalladamente sobre su dolor y otros síntomas acompañantes. Posteriormente, hará una exploración, principalmente encaminada a descartar otras enfermedades. En caso necesario le solicitará pruebas de imagen o de laboratorio, no para diagnosticar la fibromialgia, si no para descartar otras patologías.
No existe cura para la fibromialgia, por lo que el tratamiento se centra en aliviar los síntomas.
Por otro lado, el hecho de que la fibromialgia afecte a las personas de distintas maneras, y con distinta intensidad, unido a que no se ha descubierto qué la provoca, hace que a día de hoy no exista un tratamiento concreto para abordarla. Esto hace que la clave esté en contar con la atención de un equipo médico multidisciplinar especializado como el nuestro Hospital La Zarzuela, que sea capaz de valorar qué necesita cada paciente con FM para poder controlar su sintomatología en particular.
Es probable que el plan de tratamiento incluya una combinación de terapia psicológica, medicamentos y métodos de autocontrol, como el ejercicio físico y otras terapias de movimiento como el yoga o el taichi.
1.- Estilo de vida y tratamiento físico:
En algunos pacientes la dieta sin glutenha demostrado ser eficaz en la mejoría de los síntomas. Es posible que su médico le ofrezca una dieta sin gluten durante un tiempo para probar si es eficaz. En caso de no ser eficaz le indicará que restaure el gluten en la misma.
El ejercicio físico, la fisioterapia son recomendables. Ejercicios con el Yoga, el Taichi y los ejercicios en agua han demostrado ser eficaces en la disminución del dolor.
2.- Terapia psicológica:
Terapias cognitivo-conductuales: La terapia cognitivo-conductual, cuyo objetivo es cambiar la forma en que la persona piensa sobre el dolor, puede ser útil, especialmente cuando se combina con otros tipos de tratamiento. Este tipo de terapia puede ser individual o en grupo. También pueden ser útiles otros tipos de asesoramiento en salud mental.
3.- Terapia farmacológica:
Varios medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar el sueño. Su médico puede recetarle más de un tipo de medicamento al mismo tiempo.
Antidepresivos.
Los fármacos para tratar la depresión también pueden ser útiles para la fibromialgia, incluso si no está deprimido. Los antidepresivos que más eficacia han demostrado son la amitriptilina y nortriptilina a dosis bajas y duloxetina.
Anticonvulsivantes.
Estos medicamentos pueden aliviar el dolor y mejorar el sueño. Actúan interfiriendo en la transmisión de las señales de dolor al cerebro. De ellos los que se utilizan habitualmente en fibromialgia son Preegabalina y Gabapentina.
Los analgésicos antiinflamatorios no suelen ser eficaces porque la fibromialgia no provoca inflamación, pero pueden ayudar con otras afecciones dolorosas que padezca el paciente con fibromialgia.
Tramadol: el tramadol es un opioide menor que ha demostrado eficacia en la disminución del dolor por FM. Puede darse sólo combinado con Tramadol. El resto de los opioides no tienen indicación en fibromialgia.
Antagonistas de los opioides a dosis bajas: Naltrexona
La naltrexona es un fármaco que antagoniza (tiene efecto reversor) los efectos de los opioides. Pero a dosis bajas (alrededor de 4 mg) tiene un efecto potenciador de los opioides endógenos (endorfinas) que fabrica nuestro organismo para aliviar el dolor) y tiene un efecto inmunomodulador con efecto sobre el dolor entre otras patologías.
Infusiones con anestésicos locales.
La lidocaína endovenosa en ciclos ha demostrado ser una terapia eficaz en los pacientes con FM, es un tratamiento que se pone en la Unidades de Dolor y que en nuestra Unidad se realiza en ciclos, su objetivo es disminuir la intensidad de dolor y la fatiga. Ocasionalmente algunos pacientes precisan añadir otros fármacos a la infusión de lidocaína como es la Ketamina que es un anestésico general que ha demostrado ser eficaz en dolor neuropático y en FM.
4.- Estimulación magnética o eléctrica transcraneal:
en la que un pequeño dispositivo médico se coloca en el cuero cabelludo y suministra bajas corrientes eléctricas al cerebro. Este método, que los científicos creen que actúa alterando las redes cerebrales de procesamiento del dolor, ya ha demostrado que altera las redes cerebrales de procesamiento del dolor, ya ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la depresión y el dolor crónico. (enviaré un anexo con información porque lo tenemos disponible en la Unidad)
Lo más frecuente es que una persona con fibromialgia precise combinaciones de varios tratamientos. Por otro lado, aunque es una enfermedad crónica suele tener episodios de exacerbación en los que puede ser necesario aumentar ell tratamiento. Al igual que el tratamiento requiere diferentes fármacos y no fármacos es deseable que el equipo que le trate tenga una visión multidisciplinar y completa de su enfermedad.
Tener fibromialgia puede afectar significativamente a su calidad de vida y a su capacidad para realizar las actividades cotidianas. Hay cosas que puedes hacer para ayudarte a vivir con fibromialgia, entre ellas:
1.- Hacer ejercicio:
El ejercicio es un componente clave de la terapia de la fibromialgia. Aunque el dolor y la fatiga pueden dificultar el ejercicio, es importante que se mantenga físicamente activo en la medida de lo posible. El ejercicio regular es una de las formas más útiles de combatir la fibromialgia. La actividad aeróbica también puede mejorar el sueño y disminuir la ansiedad y la depresión.
Debe empezar a hacer ejercicio a un nivel bajo y aumentarlo gradualmente con el tiempo. Las actividades aeróbicas de bajo impacto -como caminar, montar en bicicleta, nadar y hacer ejercicios acuáticos- son especialmente útiles.
También son útiles las actividades que involucran la mente y el cuerpo, como el yoga y el taichi.
2.- Busca apoyo:
En nuestro país existen asociaciones de pacientes con fibromialgia que informan y dan apoyo a personas con esta enfermedad, organizando actividades formativas, muchas muy interesantes. Disponer de una red de apoyo puede ayudarte a sobrellevar los momentos difíciles.
Acude a profesionales de la salud si lo necesitas.
3.- Combatir la fatiga y la falta de descanso nocturno: .
Las siguientes estrategias pueden ayudarle a dormir mejor y a sentirse más descansado.
- Cree un entorno relajante para dormir y establezca una rutina de sueño.
- Acuéstese y levántese a la misma hora todos los días.
- Reserve su cama para dormir.
- Ver la televisión, leer o utilizar el portátil o el teléfono en la cama puede mantenerle despierto.
- Procure que su dormitorio sea oscuro, silencioso y fresco.
- Evite estimulantes como la cafeína y la nicotina, y limite el consumo de alcohol.
- Relájese antes de acostarse: Evite trabajar o hacer ejercicio cerca de la hora de acostarse.
- Pruebe a realizar actividades relajantes que le preparen para dormir, como escuchar música suave, meditar o darse un baño caliente.
Es posible que no pueda hacer todo lo que hacía antes, o no en el mismo tiempo. Intente no agotar toda su energía cada día, porque hacer demasiado puede empeorar sus síntomas
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