El dolor lumbar, dolor en la parte baja de la espalda, es la causa más frecuente de dolor en España y la primera causa de discapacidad y baja laboral. Al menos 4 de cada 5 personas tendrán un episodio de lumbalgia a lo largo de su vida y más del 20% lo tendrán de forma crónica, prolongada en el tiempo.
El dolor lumbar crónico o lumbalgia crónica es un tipo de molestia que afecta a la zona baja de la espalda y se prolonga en el tiempo, alcanzando la cronicidad a partir de los 6 meses de padecimiento.
Aunque puede presentarse antes, es más frecuente a partir de los 40 años, momento en el que el cuerpo comienza a experimentar cierta degeneración en las vértebras, las articulaciones y la musculatura de la espalda.
Los dolores lumbares pueden estar limitados a la zona de la cintura y caderas o glúteos o asociado a dolor ciático, dolor a lo largo de las piernas. o presentarse de forma aislada y, aunque la mayoría de la población experimentará algún episodio de dolor lumbar agudo en su vida, que durará entre unas horas y unos días, el dolor lumbosacro mantenido en el tiempo requiere de un equipo médico especializado en Unidad del Dolor.
Algunas personas tienen más probabilidades de sufrir lumbalgia que otras. Los factores de riesgo del dolor lumbar son
1.- Edad: Las personas mayores de 30 años tienen más dolor de espalda. Los discos (tejido blando y gomoso que amortigua los huesos de la columna vertebral) se desgastan con la edad. A medida que los discos se debilitan y desgastan, pueden aparecer dolor y rigidez.
2.- El peso: Las personas con sobrepeso/obesidad o que soportan un peso extra son más propensas a padecer dolor de espalda. El exceso de peso ejerce presión sobre las articulaciones y los discos.
3.- Salud general: Las personas que fuman, beben alcohol en exceso o llevan un estilo de vida sedentario tienen más riesgo de padecer dolor de espalda. El tabaco es un factor independiente que aumenta la probabilidad de dolor de espalda y su intensidad, al igual que la falta de ejercicio diario.
4.- Ocupación y estilo de vida: Los trabajos y actividades que requieren levantar objetos pesados o agacharse pueden aumentar el riesgo de sufrir una lesión de espalda.
5.- Problemas estructurales: El dolor de espalda intenso puede deberse a afecciones, como la escoliosis, que alteran la alineación de la columna vertebral.
Obtener un diagnóstico preciso que identifique la causa subyacente del dolor, y no se limite a los síntomas, es importante para orientar el tratamiento. En ell diagnóstico del dolor lumbar crónico es fundamental hacer una buena historia clínica por parte de los especialistas de Unidad del Dolor del Hospital La Zarzuela.
Esta historia clínica tiene dos partes, la primera en la que le preguntarán por sus antecedentes personales y sus síntomas: como es el dolor, que lo empeora y que lo mejora, etc La segunda parte es la exploración consiste en realizar un examen físico completo
El objetivo de una exploración física es reducir aún más las posibles causas del dolor. Una exploración física típica para el dolor lumbar incluye alguna combinación de los siguientes pasos: palpación de la zona lumbar para localizar espasmos musculares o tensión, zonas sensibles o anomalías articulares. El movimiento, valoraremos como camina y es posible que se le pida que se doble o gire en determinadas posiciones. Estas actividades se realizan para buscar posiciones que empeoren o recreen el dolor, y para ver si ciertos movimientos están limitados. Comprobaremos también si están afectados los nervios en determinadas maniobras como levantarle la pierna (prueba de Lassegue) y también valoraremos la sensibilidad, la fuerza y los reflejos.
Con todo esto su médico podrá orientar el diagnóstico de que produce su lumbaliga, algo que no es sencillo, porque en la espalda existen numerosas estructuras que pueden producir dolor y muchas veces son coexistentes. A veces, con esto es suficiente para llegar a la causa del dolor y proponerle un tratamiento. Pero especialmente cuando el dolor es crónico, o muy intenso, son necesarias otras pruebas complementarias para llegar al diagnóstico definitivo.
Entre las pruebas diagnósticas específicas para este tipo de dolor lumbar más útiles están las radiografías, las resonancias magnéticas o las tomografías computarizadas, ya que este tipo de pruebas de imagen pueden revelar posibles problemas en los huesos, los músculos, los tejidos, los tendones, los nervios, los ligamentos y los vasos sanguíneos. Sin embargo, ell diagnóstico de porque le duele no siempre es secundario a lo que dicen las pruebas de imagen, por ejemplo, la artrosis o la enfermedad degenerativa del disco pueden aparecer en un estudio de imagen, pero la persona puede no referir dolor o ser por otra causa.
En algunos casos, un análisis de sangre puede ayudar a descartar enfermedades que puedan producir dolor lumbar como infecciones, enfermedades reumatológicas u otras afecciones. Además, si el equipo médico lo considera necesario, puede llevar a cabo un estudio de los nervios (Electromiograma) para confirmar si pueden estar sufriendo algún daño o estar lesionados secundariamente a entre otros hernias discales o estenosis del canal lumbar.
El dolor lumbar crónico puede estar causado por diferentes motivos que hay que determinar para poder aplicar el tratamiento más apropiado.
La causa más frecuente de la lumbalgia aguda y subaguda son los problemas mecánicos y las lesiones de los tejidos blandos. Estas lesiones pueden incluir daños en los discos intervertebrales, compresión de las raíces nerviosas y movimiento incorrecto de las articulaciones de la columna vertebral.
La causa más frecuente de lumbalgia es la rotura o distensión de un músculo o ligamento. Un esguince o distensión lumbar puede producirse de forma repentina o desarrollarse lentamente con el tiempo debido a movimientos repetitivos. Los esguinces se producen cuando un músculo se estira demasiado y se desgarra hasta dañar el propio músculo. Los esguinces se producen cuando el estiramiento excesivo y el desgarro afectan a los ligamentos, que conectan los huesos entre sí. Para fines prácticos, no importa si se daña el músculo o el ligamento, ya que los síntomas y el tratamiento son los mismos.
Entre las causas más comunes de esguinces y distensiones están:
1.- Levantar un objeto pesado o torcer la columna vertebral mientras se levanta.
2.- Movimientos bruscos que ejercen demasiada tensión en la zona lumbar, como una caída.
3.- Mala postura a lo largo del tiempo.
4.- Lesiones deportivas, especialmente en deportes que implican torsiones o grandes fuerzas de impacto.
Si bien los esguinces y distensiones no parecen graves y, por lo general, no causan dolor prolongado, el dolor agudo puede ser bastante intenso.
Si hablamos de dolor crónico las causas más frecuente del dolor lumbar crónico
1.- Hernia discal lumbar
La compresión del nervio por una hernia discal puede causar dolor y entumecimiento en la espalda.
El centro gelatinoso de un disco lumbar puede atravesar la dura capa externa e irritar una raíz nerviosa cercana. La porción herniada del disco está llena de proteínas que causan inflamación cuando llegan a una raíz nerviosa, y la inflamación, así como la compresión nerviosa, causan dolor en la raíz nerviosa. La pared del disco también está abundantemente irrigada por fibras nerviosas, y un desgarro a través de la pared puede causar dolor intenso.
2.- Enfermedad degenerativa del disco
Al nacer, los discos intervertebrales están llenos de agua y en su estado más saludable. A medida que las personas envejecen con el tiempo, los discos pierden hidratación y se desgastan. A medida que el disco pierde hidratación, no puede resistir tan bien las fuerzas, y transfiere la fuerza a la pared discal que puede desarrollar desgarros y causar dolor o debilitamiento que puede desembocar en una hernia. El disco también puede colapsar y contribuir a la estenosis.
3.- Disfunción de la articulación facetaria:
Hay dos articulaciones facetarias detrás de cada disco en cada segmento de movimiento en la columna lumbar. Estas articulaciones tienen cartílago entre los huesos y están rodeadas por un ligamento capsular, que está abundantemente inervado por nervios. Estas articulaciones pueden ser dolorosas por sí mismas o junto con el dolor discal.
4.- Disfunción de la articulación sacroilíaca
La articulación sacroilíaca conecta el sacro en la parte inferior de la columna vertebral con cada lado de la pelvis.Es una articulación fuerte y de bajo movimiento que absorbe principalmente los golpes y la tensión entre la parte superior y la inferior del cuerpo. La articulación sacroilíaca puede llegar a doler si se inflama (sacroileítis) o si hay demasiado o demasiado poco movimiento de la articulación.
5.- Estenosis espinal
Esta afección causa dolor por el estrechamiento del canal espinal donde se encuentran las raíces nerviosas. El estrechamiento puede ser central, foraminal o ambos, y puede producirse en un solo nivel o en varios niveles de la zona lumbar.
6.- Espondilolistesis
Esta afección se produce cuando una vértebra se desliza sobre la adyacente.
7.- Artrosis
Esta afección es el resultado del desgaste del disco y de las articulaciones facetarias. Provoca dolor, inflamación, inestabilidad y estenosis en grado variable, y puede producirse en un solo nivel o en varios niveles de la columna lumbar. La artrosis vertebral está asociada al envejecimiento y es lentamente progresiva. También se conoce como espondilosis o enfermedad articular degenerativa.
8.- Escoliosis y cifosis
La escoliosis puede resultar en un desequilibrio espinal, provocando espasmos musculares, más degeneración artrósica y dolor lumbar.
La curvatura de la columna vertebral puede incluir escoliosis o cifosis. La deformidad puede estar asociada con dolor lumbar si conduce a espasmo muscular, la ruptura de los discos, las articulaciones facetarias, las articulaciones sacroilíacas o la estenosis.
9.- Traumatismos
Las fracturas o luxaciones agudas de la columna vertebral pueden provocar dolor. El dolor lumbar que aparece a raíz de un traumatismo, como un accidente de tráfico o una caída, tiene que ser evaluado médicamente.
10.- Fractura por compresión
Una fractura que se produce en la vértebra cilíndrica, en la que el hueso esencialmente se derrumba sobre sí mismo, puede causar dolor repentino. Este tipo de fractura es más frecuente debido a la debilidad de los huesos, como la osteoporosis, y es más frecuente en personas mayores.
Aunque mucho menos frecuente, el dolor lumbar también puede estar causado por:
Infección: llamada osteomielitis, si afecta al hueso, o discitis, si afecta al disco intervertebral. Son causas poco frecuentes, pero puede causar dolor intenso y poner en peligro la vida si no se trata. Se puede deber a intervenciones quirúrgicas, inyecciones o a infecciones que tenga la persona y se propagan por el torrente sanguíneo. Los pacientes con un sistema inmunitario debilitado son más propensos a desarrollar una infección en la columna vertebral.
Tumor. La mayoría de los tumores de la columna vertebral se originan en otra parte del cuerpo y hacen metástasis en la columna. Los tumores más comunes que se extienden a la columna vertebral tienen su origen en un cáncer de mama, próstata, riñón, tiroides o pulmón. Cualquier síntoma nuevo de dolor de espalda en un paciente con un diagnóstico conocido de cáncer debe evaluarse para detectar una posible metástasis espinal.
Enfermedad autoinmune. El dolor de espalda es un posible síntoma asociado con afecciones autoinmunes, como la espondilitis anquilosante, la artritis reumatoide, el lupus, la enfermedad de Crohn y otras.
Identificar qué está motivando la lumbalgia crónica es fundamental, ya que en muchas ocasiones sería posible conseguir una mejora cambiando rutinas habituales del paciente. En el resto de casos, saber las causas del dolor lumbar crónico es lo que permite aplicar el tratamiento más efectivo posible.
Esta dolencia en la parte baja de la espalda puede llegar a ser muy molesta y, en muchos casos, incapacitante. Afecta de forma negativa a la calidad de vida de quien la padece, limitando enormemente la posibilidad de realizar sus actividades diarias con normalidad. Por eso es imprescindible saber reconocer sus principales signos, para poder buscar ayuda especializada con la que aliviar y terminar eliminando los dolores lumbares persistentes.
Existen una serie de síntomas que requieren atención médica urgente o preferente , se les conoce como banderas roja, nos señalan una causa subyacente del dolor potencialmente grave.
Las banderas rojas son:
1.- Pérdida de control de la vejiga y los intestinos.
2.- Pérdida de peso reciente no debida a cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio.
3.- Fiebre y escalofríos.
4.- Dolor intenso e incesante que se va hacia el abdomen
5.- Dolor intenso tras traiumatismo.
En el tratamiento del dolor lumbar es muy importante aplicar el tratamiento para el dolor lumbar crónico más apropiado para cada paciente en función de sus características únicas. Es por esto que la estrategia terapéutica debe ser integral y personalizada, y centrarse no únicamente en aliviar el dolor, sino también en tratar las causas que lo provocan para poder eliminarlo por completo y prevenir futuros episodios.
El objetivo y hasta que punto va a desaparecer el dolor va a depender de las causas que producen el dolor. En todos los casos el tratamiento tiene el objetivo de disminuir la intensidad del dolor, y con ello lo más importante mejorar su capacidad funcional y su calidad de vida.
El tratamiento del dolor lumbar se compone de tres pilares básicos
1.- Hábitos de vida saludable y tratamiento no farmacológico:
2.- Tratamiento farmacológico
Dentro de los tratamientos farmacológicos tendríamos
3.- Tratamientos intervencionistas:
Llamamos tratamiento intervencionista (a veces conocido como infiltraciones) a diferentes técnicas mínimamente invasivas (no quirúrgicas) que permiten aplicar fármacos u otros tratamientos (electricidad, ozono, factores ricos en plaquetas….) en el lugar o cerca de la estructura dentro de la espalda que produce el dolor.
Por lo tanto, la diana de dicho tratamiento puede ser músculos, ligamentos, articulaciones, discos, nervios…
Entre los tratamientos intervencionistas más frecuentes en la Unidad del Dolor son las infiltraciones epidurales (anexar documento epidural), la radiofrecuencia (ver anexo de la radiofrecuencia) y los tratamientos discales para la hernia de disco.
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