Un derrame en el ojo o hipofagma es una hemorragia subconjuntival, un sangrado bastante llamativo que puede observarse en la esclerótica del ojo, la capa de color blanco que ocupa la mayor parte de la capa externa del globo ocular.
Esta presencia de sangre en el ojo puede parecer muy alarmante por el gran contraste que produce la mancha roja sobre el fondo blanco, aunque en realidad la gran mayoría de los casos no revisten gravedad. De hecho, suele desaparecer por sí mismo, siendo reabsorbido por el organismo, por lo que su presencia suele ser únicamente una cuestión de tiempo, de apenas unos días por lo general.
El derrame en el ojo puede sucederle a personas de cualquier edad, aunque es más común que se dé por causas justificadas en personas de edad avanzada, en ocasiones a causa de tratamientos con anticoagulantes, estados de ansiedad o hipertensión arterial no controlada, entre otros.
El principal síntoma del derrame ocular salta a la vista, y nunca mejor dicho, ya que se presenta en forma de mancha color rojo sangre que, sobre el fondo blanco de la esclerótica, ofrece un aspecto que no deja indiferente a nadie. Eso sí, este tipo de afección también puede presentarse en forma de puntos separados entre sí, siendo considerado igualmente una hemorragia subconjuntival.
Por suerte, a pesar de su espectacularidad, un hipofagma no altera la visión de quien lo sufre, pudiendo presentar como mucho cierta sensación de arañazo o cuerpo extraño sobre la superficie del ojo, aunque sin llegar a doler.
Ahora bien, en algunos casos un derrame en el ojo sí puede necesitar de atención médica de urgencia, ¿pero cuándo un derrame ocular es peligroso? Este tipo de afección requiere de atención médica especializada por parte del equipo de Oftalmología del Hospital La Zarzuela de Madrid en caso de estar acompañado de dolor, escozor o picor en el ojo o los ojos afectados.
De darse algunos de estos síntomas anómalos de derrame en el ojo, nuestros especialistas tendrán que llevar a cabo determinadas pruebas diagnósticas que determinen si existe algún tipo de riesgo de salud para el paciente y, de existir, cuál es la causa que está generando unas molestias que no deberían estar presentes en una hemorragia subconjuntival normal.
Al hablar de las posibles causas de los derrames en los ojos, es necesario mencionar diferentes opciones. Este tipo de hemorragia se debe a la rotura de alguno de los microscópicos vasos sanguíneos que irrigan sangre al globo ocular.
Sin embargo, en muchas ocasiones, como decíamos, puede no deberse a ninguna de estas causas. Una persona puede despertar con un derrame en el ojo, o simplemente darse cuenta a media tarde de que lo tiene cuando apenas unos minutos antes no había ni rastro de él.
En ocasiones, la simple fragilidad de las venas oculares puede hacer que se rompan, dando como resultado este tipo de circunstancia.
Aún así, conocer las principales causas de derrames en los ojos puede ayudar a prevenirlos, como por ejemplo evitando realizar sobreesfuerzos físicos, no frotándose los ojos o intentando minimizar la potencia de un estornudo.
Lo normal es esperar a que el propio organismo reabsorba el derrame ocular, que suele tardar 1 o 2 semanas. Al acudir al médico te puede dar indicaciones y recomendaciones. En otras ocasiones, si el derrame ocular deriva de un tratamiento con anticoagulantes, sería necesario que el médico lo evalúe.
Como recomendación genérica se pueden utilizar lágrimas artificiales (consulta el tipo de gotas que son aptas para esta patología) para mantener el ojo hidratado y evitar posibles molestias. No agilizará la reabsorción del derrame ocular, pero sí harán más llevadera la recuperación.
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